El conocimiento es poder, pero si ese conocimiento es equivocado o falso, tu poder es débil y tu prestigio puede verse comprometido. La información considerada como fake news tomó una considerable importancia durante la presidencia de Donald Trump, quién popularizó el término, sin embargo no es propia del ámbito político ya que también muchas compañías han visto afectada su imagen por el despliegue de este tipo de noticias.
Estos rumores han desatado repercusión en la empresa privada, afectando desde la percepción de los clientes hacia productos y/o servicios hasta la ruptura de relaciones con aliados estratégicos que talvez creyeron en este tipo de noticias.
Las agencias de publicidad (quienes en muchos casos manejan las Relaciones Públicas de empresas) así como los departamentos internos de RRPP de las compañías, tienen la responsabilidad de enfrentar de manera enérgica las fake news que puedan surgir sobre la entidad empresarial a la cual representan , pero hay algo que preocupa o causa incertidumbre y es la posición de las agencias o los mismos relacionistas públicos de transmitir estas noticias falsas, si esto les genera algún beneficio.
En un estudio del 2018 de la compañía Bospar y Propeller Insight, demostró que un 28% de los ejecutivos de relaciones públicas, están dispuestos a difundir fake news si con esto obtienen algo a cambio ellos o las empresas que representan. De ese 28%, un 54% dijo que publicaría mentiras piadosas y un 55% no ve ningún tipo de inmoral en usar un click bait en sus titulares. Inclusive un 51% considera que no está mal que una noticia adquiera un tono sensacionalista si esta es referente a un tema aburrido.
Una mentalidad como esta, no contribuye al prestigio empresarial que los ejecutivos de RRPP buscan, ya que las fake news pueden quizás ser tomadas como “mentiras piadosas”.
Michael Lynch, profesor de filosofía en la Universidad de Connecticut menciona en el artículo del New York Times “As Fake News Spreads Lies, More Readers Shrug at the Truth”, el mayor problema no es el incremento de las noticias falsas, sino que “el problema más amplio son las noticias falsas tiene el efecto de hacer que la gente no crea en cosas reales“.
Y si una empresa piensa que su negocio está a salvo de las fake news, deben tomarse el tiempo de considerar que ningún negocio, de ningún rubro está exento de sufrir de esta ya marcada “pandemia digital”. El buen relacionista público debe tener claro que contar con un manual de comunicación de crisis, sea esencial hoy en día, para no solamente saber cómo manejar crisis ocasionadas por fake news, sino incluso preverlas y solventarlas mucho antes que ocurran.
Una buena parte de los consumidores son volubles e influenciable ante las opiniones externas que de difunden en redes sociales. El conocimiento es poder hemos mencionado anteriormente, pero sin un manejo eficiente y rápido de las RRPP, ese poder, puede convertirse en un efecto boomerang negativo para las empresas.