Las empresas deben ir preparándose al mundo que surja posterior al COVID-19 tomando lo aprendido entre 2020 y 2021.
Hace un año cualquier empresario o emprendedor guardaba la esperanza de volver a la normalidad para este punto del año 2021, esperando que el virus del COVID-19 disminuyera su peligrosidad sumada al desarrollo de vacunas contra la enfermedad, pero no existió un cambio significativo de cómo se vivía hace 12 meses, ya que aún se debe usar mascarilla independientemente si está vacunado o no, se debe mantener una distancia física y un constante lavado de manos, la única diferencia es la gradual reapertura de ciertos sectores económicos.
Y es de conocimiento general, que el coronavirus se convertirá en una enfermedad endémica, como lo es la gripe y esto obliga a pensar, que el estilo de vida y la forma en cómo se realizan negocios, no tendrán un regreso a como se encontraba hace año y medio.
“Al quitar tráfico de consumidores, al cerrar la economía, la única opción que les quedó a los que podían continuar con el negocio fue vender productos y servicios a través de internet”, declaro Tayde Aburto, presidente de la United States Business Association of E-Commerce al Los Ángeles Times en mayo del 2021.
Durante el transcurso de la pandemia, tanto las empresas como los gobiernos enfrentaron la necesidad de resolver múltiples prioridades en competencia simultáneamente. De las más difíciles fue conservar una economía en marcha y, a la vez, cerrarla para proteger a los ciudadanos de las infecciones; siendo esto algo que perdurara al menos 12 meses más, haciendo obvia la siguiente pregunta: ¿Cómo poder mantener los negocios cuando la luz al final del túnel está aún lejos de alcanzarse?
Los negocios minoristas aún se encuentran en una modalidad de supervivencia y búsqueda de adaptarse a lo que el mercado solicita mientras que empresas más consolidadas buscan innovar y posicionarse entre las necesidades del consumidor adaptándose a la realidad inmediata sin descuidar a su fuerza laboral y mantienen una responsabilidad social con la población en general.
Y es necesario tener en cuenta, que la tormenta del COVID-19 pasará, pero sus impactos en la economía serán más duraderos que la misma pandemia, dejando secuelas significativas, como ser el hecho que las cadenas de valor y suministros deberán simplificarse sin dejar de lado la eficiencia y adoptando nuevos procesos tecnológicos.
Un factor que tomo a muchos empresarios y emprendedores desprevenidos cuando la pandemia inicio, fue el hecho que algunos bienes y/o servicios que antes no fueron tomados como prioritarios se convirtieron en indispensables, como el poder contar con gel desinfectante o productos que no conllevaran un riesgo epidemiológico para clientes y colaboradores. Y en este sentido, innovar en nuevos mercados que puedan suplir las necesidades del consumidor es indispensable, desglosando cambios estructurales que reoriente la empresa.
Es de destacar la velocidad y agilidad que muchas compañías mostraron al poco tiempo de la pandemia la capacidad de lograr ese cambio de enfoque, ya que de la noche a la mañana se vio el desarrollo de test rápidos de detección del COVID-19, el diseño y fabricación de ventiladores, sin obviar la velocidad récord en la que se desarrollaron vacunas que podían ayudar en gran medida al combate de la pandemia.
Un fenómeno que a pesar de que inicio mucho antes de la pandemia, es la gran necesidad de profesionales capacitados en temas como ciberseguridad, e-commerce y marketing digital, y debido a la pandemia se hacen más necesarios, pero lo serán mucho más posterior a esta emergencia, por lo que las empresas deberán buscar capital humano capacitado y de igual modo, capacitar con el que ya cuenten, debido a la alta demanda que tendrán las áreas antes mencionadas y las que surgirán de manera conjunta con el mundo digital, ya que no bastara contar con un website o presencia en redes sociales en el ámbito post covid-19.
La situación actual demostró a las empresas que es necesario un enfoque más humano y personalizado de los negocios, no solo pensando en un modelo solamente a comercializar entre empresas (B2B), sino integrar las empresas hacia una visión más centrada en el cliente y preferencias (B4B), debido al hecho que esta situación no solamente afecto a un sector en específico, sino a todos y no existe una compañía que no se haya visto amenazado por el coronavirus y sus secuelas.
Es necesario enfocar esfuerzos a considerar en mayor grado los gustos de los clientes, haciendo uso de manera más orgánica el big data para desarrollar estrategias que si satisfagan las necesidades tanto como consumidor como persona, algo que el público busca cada vez más.