Una “pandilla peligrosa oculta discos duros de material de menores y mujeres”, no existía en el país, prometía visas y viajes a España a mujeres, pedía las credenciales tras ganarse su confianza y luego las extorsionaba hasta con 50,000 lempiras a cambio de no exponer su material, por lo que muchas cedían para no perder su matrimonio. Daño recibió reportes de 14 víctimas. “Sabemos quién es, él no necesita dinero porque tiene una vida estable, lo hacía por morbo y lucrarse de dinero”, especificó.
Otros operan paralelamente en grupos y subgrupos bajo la categoría hn, pero su equipo ha investigado la estructura, identificado personas y rastreado direcciones IP. Se ha observado su conexión con foros de la dark web, donde comercializan el contenido obtenido. “Se han tomado medidas contra algunos de estos grupos en Telegram; sin embargo, muchos de los responsables son extranjeros, principalmente de Perú, Ecuador, México y Colombia. Hemos colaborado con DPI y FBI para combatir sus actividades”, señaló el datero. Él y su grupo de expertos han identificado personas que reciben dinero a través de billetera electrónica a cambio de acceso a estos grupos, especialmente en regiones apartadas como Colón, y algunos miembros de bandas internacionales cobran tarifas de hasta $300 por acceso a foros en la dark web.
Desde afuera. Ciertos extranjeros usan bots en Telegram, que administran múltiples grupos, con una colaboración local para su expansión, donde cuentas como “Pinky”, desde México, gestionan canales en varios países y utilizan criptomonedas para eludir la detección, así como respuestas automáticas e idiomas varios para hacer ver que todo es en tiempo real. “Tenemos la lista de todas las personas que están en estos grupos y su número de teléfono”, apuntó el experto. Todo este material que comienza en Telegram termina en foros clandestinos o sitios de la deep web o dark web en el mundo, donde los usuarios pagan créditos. “Estos son sitios que, según ellos, son encriptados, pero todo dominio que termine .com es parte del Gobierno de Estados Unidos”, señaló.
Por otro lado, Dano describió que hay una pandilla, de las tradicionales, que posee discos duros de material sexual de menores y mujeres, las tienen organizadas en un servidor interconectado en el Distrito Central. Extraen material no solo de Telegram, sino también de personas vulnerables. Se acercan a la víctima, ganan su confianza y luego consuman el acto. Incluso llegan a amenazar con causar daño a sus seres queridos si no cumplen con sus demandas.
Finalmente, existe otro grupo de hondureños, aunque más reducido y similar al narcomenudeo, que cobra pequeñas cantidades (desde 200 lempiras o más) para ingresar o intercambiar contenido, con el único propósito de alimentar una base de datos.
El Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados almacena en todo el mundo registros de depredadores que han comercializado o recibido en sus dispositivos electrónicos material sexual de menores.